En el juego ahora también entran los contenidos y sobre todo la calidad, la cantidad y la relevancia de los mismos.
Las compañías se han lanzado en los últimos tiempos a una carrera para generar contenido, creando webs cada vez más completas, abriéndose blogs en los que cuentan las historias de la firma o generando artículos con los que intentar llegar al consumidor y ofrecerle algo más. Pero todo este esfuerzo tiene una explicación. ¿Para qué sirven los contenidos?
Los contenidos tienen muchas funciones, especialmente ahora que el marketing de contenidos se ha convertido en una tendencia al alza y que las compañías han empezado a comprender el valor que estos tienen para llegar al corazón de los usuarios. Los consumidores esperan cada vez más cosas de las marcas y no quieren que las compañías se conviertan simplemente en emisoras de mensajes publicitarios con los que intentar convencerlos de que se hagan con sus productos. Las empresas tienen que generar valor añadido y tienen que ser capaces de ofrecer información y elementos que vayan más allá del ‘nuestro producto es el mejor’. Sus clientes esperan algo más. Y ese algo más es lo que ofrecen los contenidos.
Por ello, las marcas se han lanzado en los últimos tiempos a producirlos y a crear su propia estrategia en marketing de contenidos. Aunque, eso sí, no todo vale. Recientes estudios han señalado que los contenidos están perdiendo la confianza de los consumidores por las malas prácticas de las empresas. No se puede hacer spam, no se puede simplemente lanzar publirreportajes y no se puede descuidar la calidad. Si se quiere triunfar en el mundo de los contenidos, las marcas tienen que apostar por el contenido de calidad.
Los consumidores apreciarán los contenidos de calidad, ya que se convertirán en un elemento de valor y en algo que realmente quieren leer y consumir. Esos contenidos tienen realmente valor añadido y por tanto funcionan como una llamada de atención. Son consumidor porque merece la pena consumirlos. Pero lo cierto es que los contenidos de calidad no solo funcionan como un elemento para llamar la atención del consumidor y por tanto son una cuestión a no descuidar por parte de las marcas. Los contenidos de calidad son un elemento vital en muchas más áreas.
Sin contenido de calidad, olvídate del SEO
El contenido se ha convertido en una de las cuestiones fundamentales y primordiales cuando se quiere posicionar un sitio en un buscador. Como apuntan en el último análisis realizado por Moz sobre los factores clave para posicionarse en buscadores (no solo Google sino también su compañía), el contenido de calidad ha ido escalando posiciones y se ha convertido en uno de los factores clave para lograr encaramarse a los primeros puestos, algo que además se espera que sea aún más determinante en los próximos tiempos.
«Google y los otros motores de búsqueda tienen que ser capaces de leer contenidos, tiene que ser algo que una máquina pueda comprender», señala Cyrus Shepard, el director de desarrollo de audiencia de Moz a Clickz. «Las consideraciones técnicas son una buena base, pero los signos generados por los usuarios sobre cómo la gente interactúa con tu contenido son cada vez más importantes», apunta.
Los elementos tradicionales que se empleaban para realizar SEO siguen siendo importantes y siguen estando en la lista de lo que hay que hacer. El vigilar las URLs o el usar palabras clave sigue siendo relevante y recomendable aunque ya no es suficiente. «Puede llegar a la primera página haciendo SEO técnico, pero no llegarás al primer puesto de los resultados con únicamente SEO técnico, sin una gran experiencia de usuario», señala.
En juego ahora también entran los contenidos y sobre todo la calidad, la cantidad y la relevancia de los mismos, factores que ahora los buscadores tienen en cuenta para determinar si realmente una página merece o no estar entre los primeros resultados de una búsqueda. Medir la calidad de un contenido es complicado y, como señalan los responsables del estudio, mucho más complejo que simplemente mirar los links existentes o las etiquetas usadas, pero los algoritmos de los buscadores (o el algoritmo de Google, de forma más específica) han logrado cumplir con el reto y son ya capaces de encontrar la respuesta a esas cuestiones. Ya saben si el contenido es o no de calidad y ya actúan con relación al mismo.
De hecho, según las estimaciones de Moz, el contenido de calidad es el tercer factor clave en posicionamiento, justo por detrás de las cuestiones a nivel de dominio y las métricas asociadas a los links en la página. Y hacer las cosas mal en contenidos es uno de los elementos que los robots de búsqueda más tienen en cuenta para hundir el SEO de una página.
Los errores en SEO que no hay que cometer
Una vez que queda claro lo que hay que hacer para posicionarse (un contenido de gran calidad) llega el momento de analizar lo que no hay que hacer si se quiere triunfar en el mercado de la red. Ciertos errores pueden hundir el posicionamiento de una web.
¿Cuál es el principal factor que puede hundir el posicionamiento de una página? El primero está relacionado con los links. Según el estudio, el número total de links no naturales a una página o a un subdominio es la amenaza más peligrosa para posicionarse en buscadores.
Pero después de los links llegan los contenidos: el siguiente elemento más peligroso es la presencia de contenido duplicado y el tercero en discordia es la calidad del contenido. Si el contenido de una página es demasiado escaso, los buscadores no responderán de forma positiva y no la posicionarán bien en sus resultados.
A estos errores les siguen el no tener optimizada la página al entorno móvil, el no posicionar bien las keywords o el linkear a páginas que son en realidad spam como fallos que los motores de búsqueda penalizarán.
Fuente: puromarketing.com